Hola Vanesa,
El perdonar y el pedir perdón, de corazón, de forma genuina, es fácil si nuestra mente es gobernada por el Ser, pero cuando interviene el ego en forma de orgullo, rencor, culpa,... entonces deviene una tarea muy difícil.
En un mundo de seres despiertos no tendría sentido hablar de perdón.
Y en nuestro mundo tampoco tiene mucho sentido. No olvidemos que todas las vidas son interiores. Las ofensas no son personales. Cuando alguien nos ataca no es un ataque personal, en realidad él se está atacando a sí mismo.
Sin profundizar en la Verdad, y de acuerdo a lo que casi todo el mundo cree que es el perdonar, para unos es más fácil perdonar y para otros es más fácil pedir perdón. Por ejemplo, un individuo de baja autoestima y de eneatipo "ayudador" o "reconciliador" suele preferir sentirse ofendido a ofender. Pero un eneatipo "exitoso-tramposo" o "jefe en su variante siniestra" suele preferir ofender a sentirse ofendido. Estos no son más que ejemplos genéricos.
Pero más difícil que perdonar y que pedir perdón es el autoperdón, es decir, el perdonarse a uno mismo. Eso es debido al Superego freudiano (conocido como Verdugo por los chamanes toltecas). El Superego es uno de los disfraces del ego.
Muchos dirán "¿debo perdonarme a mí mismo?". Pues sí. En terapia, si un paciente no se perdona a sí mismo difícilmente se curará. Y si se perdona a sí mismo, ya no necesitará perdonar a nadie.
MOTIVOS POR LOS QUE UNO A LO MEJOR NECESITA PERDONARSE
(trabajarse interiormente)
Perdónate por haber cometido errores.
Perdónate por tus autocríticas.
Perdónate por sentirte culpable.
Perdónate por valorarte tan poco.
Perdónate por tus creencias limitantes.
Perdónate por no tener el cuerpo y la cara que te gustaría tener.
Perdónate por las cosas que no aceptas de ti mismo.
Perdónate por experimentar el proceso natural del envejecimiento.
Perdónate por tener un cuerpo perecedero.
Perdónate por ser desconfiado.
Perdónate por sentir rabia cada vez que recuerdas una ofensa.
Perdónate por tener poca fuerza de voluntad y por no ser emprendedor.
Perdónate por tener deseos que no quisieras tener.
Perdónate por creerte que no mereces ser amado.
Perdónate por no aprender de los errores.
Perdónate por todo aquello que te recriminas del pasado.
Perdónate por todas las cosas que te hubiese gustado hacer y que no hiciste.
Perdónate por no cuidar tu salud.
Perdónate por no haber conseguido tus objetivos.
Y respecto a la segunda parte de tu pregunta si perdonas (de verdad) siempre ganas.
Cuando perdonas, pides perdón o te sientes perdonado encuentras la PAZ, se reequilibra tu organismo (SALUD) y vuelves a AMAR SIN MIEDO.
Para muchas personas el perdonar, el pedir perdón y el perdonarse a sí mismas, ha supuesto el punto de inflexión en sus SANACIONES, pues donde hay perdón hay amor, y donde hay amor hay unión, aceptación, compasión e integridad (salud plena).
Si nuestras mentes y cuerpos fuesen conducidos por el Ser (sin las interferencias del ego) no estaríamos hablando de todo esto.
Un saludo,
Ricard López
Psicoterapeuta y graduado en Medicina Tradicional China
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